Uno de los supuesto más importantes en la construcción de un pensamiento social y psicológico sano, es la verdad.
Al adolescente le interesa la verdad, quiere la verdad, le causa una crisis ontológicamente insostenible y coexistencial al enfrentarlo a mentir o a sustentar situaciones donde se miente y donde se simula.
Es un luchador incansable de la verdad, tenemos que hablarle con la verdad, tenemos que aprender a decirle las situaciones vivenciales tan crudas como son, a él le interesa saber cómo somos, porqué somos cómo somos y cómo queremos y no queremos ser.
Se acostumbran a mentir porque los adultos mentimos, se acostumbran a mentir porque no queremos aceptar lo que ellos son, se acostumbran a mentir porque
la verdad les lastima, les lacera, les desprecia, les desvaloriza frente a la mirada inquisidora y amenazante de quien se asume como una autoridad que miente.