Los arranques de hilaridad y de nostalgia arrebatada, son fortuitas y naturales en
el descubrimiento de esas pequeñas experiencias de pulsión de vida que el adolescente vive.
Esta necesidad de vivir extraordinariamente; de manifestar arrobo, inquietud y curiosidad sin límites, es una necesidad psicológica y emocional que traspasa las barreras de la indiferencia, del enojo, de la desesperación y de la tragedia.
No es que se burlen de la vida, de usted o de mí, no es que no les importe nada, simple y llanamente están experimentando la vida. La están viviendo, están vivos y llenos de energía.
Desesperarse de esta despreocupación e hilaridad y emociones a flor de piel, implicaría trastocar la ocurrencia y la risa por el resentimiento y el odio.