Adolescencia

integral


La adolescencia integral es centrar la actitud del ser humano en una “teoría del equilibrio” y en este sentido, es buscar el punto medio de lo que se conoce como virtudes cardinales, tales como: la templanza, la prudencia, la fortaleza y la justicia. ¿Será posible tal transformación? En la naturaleza del ser humano, según Sigmund Freud, le confiere al comportamiento humano, una inherente tensión entre la pulsión de vida y la pulsión de muerte; es decir, una lucha entre Eros y Tanathos, dos seres mitológicos griegos que refieren dos deseos aparentemente contradictorios: amor y aniquilación. En la adolescencia estos dos principios se maximizan por la hipersensibilidad emocional a la que se ven expuestos y se intensifica por la alta liberación de dopamina, sustancia bioquímica que se ve estimulada por fuentes socioculturales, tales como la familia, la escuela, las amigas o amigos y la sociedad en general. Entonces. ¿Cuál es la posibilidad de saber que la razón es la que va a predominar? Más aún cuando eres adolescente; sin embargo, la esencia del equilibrio es integrar los tres momentos vitales de la supervivencia: el instinto, la pulsión y la razón.


Virtudes integrales que todo adolescente debería aspirar

Una virtud humana, es aquella donde se integra lo mejor del ser, lo cual es visto como la capacidad que tiene una persona para que sea capaz de vivir en armonía consigo mismo y con la sociedad. Esta debe ser un sueño de todas las niñas, niños y adolescentes, ya que ellos son el reflejo de una sociedad que vive con sus virtudes y sus defectos.

Amor

El amor es la sustancia del ser, integra lo que se fue, lo que se es y lo que se quiere ser. Siempre aceptando al ser en cuanto que es.

Integridad

La integridad representa al ser en su totalidad, por cuanto que es en si mismo, se acepta en sus contradicciones y en sus certezas.

Fortaleza

Un espíritu fuerte, es un espíritu que se acepta en sí mismo, que se observa tal cual es, sin miedo al desconocimiento de su identidad, por errada que ésta sea.

Paciencia

Todo llega a su tiempo, la identidad del ser humando es acorde a las circunstancias que se viven, la paciencia recrea el equilibrio del ser.

Justicia

La justicia es la esencia de la certeza, la honorabilidad, la fortaleza, la integridad, el amor y la paciencia.

Honorabilidad

Se es honorable, porque se es ecuánime y humano en el ser, en el no ser y en el llegar a ser.

Carta a mi hija o hijo adolescente.

Desde que somos madres y padres, las preocupaciones no han dejado de estar presentes; sin embargo, pocas veces nos atrevemos a expresarlo, quizá sea porque solemos no tener las palabras adecuadas para hacerlo.

Carta a mi hija o hijo adolescente

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Quiero apoyarlos, las ganancias en la adquisición de éste audiolibro son solo simbólicos; sin embargo, los beneficios que puedes adquirir como padre o adolescentes son de gran valor, solo te pido que me des tu retroalimentación o comentario para que sigamos perfeccionándolo y podamos apoyarnos más como madres y padres de familia que somos.

Mejorar la comunicación con tus seres queridos es la base de una coexistencia pacífica.

¿Cómo podemos hacerlo?

Como padres hemos pasado esas sensaciones que nos hacen sentirnos impotentes frente a las actitudes de nuestras hijas e hijos y muchas veces no sabemos como comunicarnos con ellos, estas conductas típicamente se asocian con la etapa de la adolescencia y la pubertad, como si los cambios biológicos fueran la respuesta a esos comportamientos sociales. Sin embargo, es necesario acotar que la adolescencia es una etapa de relaciones sociales, donde el ejercicio y la administración del poder se intensifican en función de las necesidades intrínsecas en la conformación de la identidad del adolescente, ya que cada día se vuelve más exigente de lo que es y de lo que quiere ser.

De ahí, que toda relación humana es por antonomasia una relación de poder y los resquicios psicológicos que se derivan de la misma son consecuencia del rol social en los que se encuentran inmersos. La marcada tendencia ideológica de la cultura predominante ha establecido graves interpretaciones en torno a las formas en que se
ha manifestado la conducta del adolescente, en ese espacio sociopolítico llamado familia se ha interpretado su conducta desafiante como una disfuncionalidad sociocultural e inclusive como una patología psicológica, cuando en realidad es una manifestación del ejercicio del poder. Es decir, lo único que tenemos que aprender, es cómo administrar ese poder.


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